El desarrollo de este cojín electromecánico es especialmente interesante para las prensas servo.
A mediados o finales de los años 90, Fagor Arrasate desarrolló el cojín hidráulico programable. El cojín hidráulico realiza la embutición de la pieza hacia arriba, y ello es una ventaja importante ya que se evita el volteo entre la primera y segunda prensas. El carro empuja tanto al formato como al pisador de la parte inferior del troquel hacia abajo, arrastrando dicho formato hacia el troquel inferior. Cuando sube el carro, el cojín empuja el pisador del cojín hacia arriba, haciendo subir también la pieza embutida. Otra ventaja de este sistema es que se puede variar la fuerza que hace cada cilindro del cojín, adaptándose de este modo mejor a los requerimientos de la pieza. Se mejora también la repetitividad del proceso de embutición. Más información en este link.
Este desarrollo fue un avance importante, como lo demuestra el hecho de que otros fabricantes de prensas optaran por el mismo concepto desarrollado por Fagor para realizar su propio cojín hidráulico. Lo muestra también el hecho de que actualmente apenas se construyen prensas de doble efecto. El principal inconveniente de este sistema es que consume una enorme cantidad de energía durante la embutición. La presión necesaria para conseguir la fuerza necesaria en el cojín se realiza estrangulando el aceite con una servoválvula, de modo que la energía de embutición es transformada en calor. No solo se desperdicia la energía de embutición (que es generada por la prensa), sino que también hay que refrigerar el aceite que se ha calentado en el proceso.
La ventaja principal de este sistema es que la energía necesaria para el pisado de la pieza es devuelta a la red por el servomotor
En estos últimos años, impulsados por la conciencia medioambiental, la cultura ecológica, y también con el objetivo de reducir costos, se está analizando cada vez más el consumo de las máquinas. En este sentido, Fagor Arrasate está firmemente comprometido en crear tecnología para mejorar la eficiencia del cojín hidráulico. Así, Fagor Arrasate está desarrollando ya un nuevo concepto de cojín electromecánico. El mecanismo que accionará el cojín es el de un sistema piñón-cremallera para transformar el movimiento lineal del cojín en movimiento giratorio y conectar ese movimiento giratorio a un motor eléctrico, el cual controlará la posición y la fuerza de pisado necesarias para realizar la pieza. Este sistema de piñón-cremallera es bien conocido por Fagor Arrasate que, aunque en un tamaño más pequeño, lo utiliza en varios de sus periféricos, como los alimentadores de chapa. Con este desarrollo se mejoran las propiedades mecánicas del cojín hidráulico convencional ya que se mantienen la capacidad de fuerza, la velocidad, y la pre-aceleración del cojín, mejorándose a la vez ostensiblemente la capacidad del cojín en la fase de subida.
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